viernes, 12 de noviembre de 2010

Ambrosetti y Rivadavia

retorne a hace unos años atrás.
pero de verdad.
de repente, abri la puerta
y ahi estaba otra vez.
el mismo escritorio, la misma mirada sobre mi, la misma secretaria y mi mama de otro lado de la puerta.
"¿seguís saliendo con Gerónimo?" fue la tercer pregunta.
me sonreí, me causo gracia que recordara ese evento en mi vida.
"no, no, hace mucho que no"
(ambos sonreimos, el mas que yo)
la cosa siguio rutinaria, como siempre, como tenia que ser.
me dio mi papel y me fui

me senti desubicada
me senti re zarpada
me senti desubicada ahi, esta vez no tenia las mismas razones para acudir.
para estar alli
para buscar su servicio.
todo salió bien.



lloré esa noche
lloré llena de angustia
estaba re loca
pero de verdad.
lloré en una situación a-típica. lloré de angustia. lloré de melancolía.
por no poder retornar a lo que me había llevado allí alguna vez.
a ese momento de perfección.

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